Te regalé una bonita sonrisa de Joker cuando me hablaste de viajar a Africa, ya me gustaría pero sabes que a mi último novio se lo comieron allí una manada de leones.

Me apetece ir a los Balcanes a aprender el baile del pingüino o a Brasil a pedirle al Cristo del Corcovado que me convierta en Batman. Tú si quieres puedes ser Robin.

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