A esta gatita aún le quedan muchas vidas por vivir, repetiste por enésima vez en el vaivén de nuestra vida juntos. También como tantas veces, lleno de culpa me dijiste, pídeme lo que quieras sin sospechar que el viaje a solas que te pedí, sería el boleto para alcanzar mi libertad. Desde el momento en que me despedí y durante toda la travesía fui matando una a una las vidas que me quedaban. Cuando llegué de nuevo a ti, no reconociste la leona que regresó con la idea fija de borrarte del mapa de un zarpazo.

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