Te regalé una bonita sonrisa de Joker, y tu respondiste con una similar. Nos quedamos en silencio escuchando los sentimientos del otro. Nunca habia sentido tan de cerca tu indiferencia, tu fria forma de hablarme aunque estabas a mi lado nos separaba la manera distinta que teniamos de enfrentar las cosas. De a poco nos fuimos perdiendo uno del otro, ya no nos encontrabamos, eramos dos extraños que conviven por comodidad, por acostumbramiento o vaya uno a saber porque, lo que si se es que quedo dibujada en mi rostro esa sonrisa para siempre cuando por fin emprendiste tu viaje.
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