Pensé, mientras el coche se lanzaba contra el muro, que quizá fuera lo mejor en aquel momento. Terminar así, de un plumazo, como una mosca en un cristal, después de meses y meses de descenso a los infiernos.

Sin embargo, tras el choque floté liviano durante un tiempo impreciso hasta que un espíritu transparente me llevó en volandas…. Y no fue al paraíso, sino a este hospital donde me han puesto tantas grapas que parezco un hombre de acero… vulnerable.Tengo tos y fiebre, me invade un virus y es de de los grandes se llama Corona.

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