Mis hijos siempre me hicieron desdichado, fue mi culpa, nunca oí a mamá cuando me decía que no era rentable tener una vida dedicada a criar y concebir pequeños, tenía otros planes para mí, no quería que imitara su vida bochornosa, siempre decía, un hijo es tuyo para siempre, pero solo ella quería tenerlos, pero crecí y tuve que hacerles de figura paterna, hasta que me enamoré de Alfonsina, y empecé a tener a mis propios hijos, en España adopté a Miguel, a Roberto en chile, Julio y Jorge en Argentina, soy feliz, aunque el resto me reproche cierto favoritismo.

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