Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro. Me dije a mi misma que todo terminaría allí, que moriría. Se veía humo, un humo gris que se hacía cada vez más oscuro y sin saber, yo, porque. Luego empecé a ver las llamas y a sentir como se consumía todo. A mí alrededor todo parecía arder. Me sentía triste y ahogada, adolorida pero amortizada. Sin saber si era el final del viaje o el comienzo de uno nuevo o tal vez quizá ambos. No lo sabía y eso me asustaba. Pero saben algo, es irónico, porque al final. Desperté.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS