Pensé, mientras el coche se lanzaba contra el muro, en lo dura que había sido mi vida. Desde niño las circunstancias fueron adversas, la orfandad me convirtió en un ser triste y apocado. La adolescencia, en mi caso, fue un simple trámite consistente en la aparición de granos sin orden ni concierto y poco más. En la edad adulta, las cosas cambiaron. Era capaz de adoptar decisiones, por eso me equivoqué y tuve que divorciarme hasta tres veces y arruinarme otras tantas. Ahora he decidido terminar con todo lanzando contra el muro mi coche de pedales.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS