Lástima que no haya billetes para maniquíes. No me ha quedado más remedio que desmontarlo y guardarlo en su caja y, claro, no le ha sentado bien.

Le he explicado que es la única forma de viajar en busca del hada azul. La única manera de dar con ella para que lo convierta en un niño de verdad.

Tampoco lo he convencido.

Me ha hecho un mohín con sus labios de madera. Uno que estoy convencido de no haber tallado.

A veces dudo y pienso si no será ya un niño de verdad

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS