OTRO DÍA PARA MORIR

OTRO DÍA PARA MORIR

pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro, «soy demasiado rico para morir»

Hallé un maletín debajo de una piedra, sobre un nido de alacranes, yo creía que estos huían de los humanos pero resultaron bien machitos.

Uno bastó para noquearme y tirarme al piso inconsciente, aferrado al maletín con los dedos hinchados.

Desperté cagado del susto al día siguiente, y al abrir el maletín, cagado del gusto, tomé una ducha en un nacimiento de agua (me disculpo) me puse ropa limpia y regresé a mi casa con mucho dinero, para que venga este pelotudo a estrellarnos acá.

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