Lastima que no haya billetes para maniquíes, así no tendría que soportar el peso muerto de la chica que se quedo dormida justo a su lado.

Bueno, al menos podía mirar por la ventana, estaba anocheciendo y pasaban lentamente frente a una iglesia, estaba cerrada pero su campana sonaba anunciando la hora, en ese momento imagino que todos los presentes en ese viaje orarían por ellos, por tener un buen regreso a casa, ella cerró los ojos y aunque sabía que no regresaría, junto las manos y oró por el.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS