– Lástima que no haya billetes para maniquíes. ¡Tampoco para bicicletas ni cocodrilos! Pero ¿dónde me habéis metido? ¿Cómo voy a volar sin mi jirafa y mis cosas?

– Se acabó el avión privado guapa

– ¿Y eso qué tiene que ver?

– A partir de hoy vivirás sin privilegios

– ¿Privilegios, qué privilegios? ¿Qué soy? ¿Un cebo? ¿Un anzuelo? ¿Ni siquiera algo exótico que dispara la imaginación?

Una palabra, una puta palabra en una frase para animar a unos cuantos soñadores a llegar a cien como yo.

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