Una chica de verdad 
Viajes encadenados (en 8 semanas)– Lástima que no haya billetes para maniquíes, dijo.
– “… enamorado de la moda juvenil
de los chicos,
de las chicas,
de los maniquís,
Enamorado de ti…”
– ¡Cooooorten! ¿Pero queréis grabar esto?… Me buscaréis la ruina…
Mentalmente Lars estaba muy lejos del estudio de grabación. El billete le perseguía. Alta, piel blanca que envidiarían las geishas. La fichó en la tienda. Flechazo instantáneo. Uno no encuentra al maniquí de su vida todos los días. La quería tanto que escribió su historia. La película lo contó. Y la fama les separo por ese vuelo que no pudo coger.
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