La depresión y otros destinos

La depresión y otros destinos

Regina Magavaz

10/02/2020

Lástima que no haya billetes para maniquíes.

Al parecer, la compañía ferroviaria no nos considera pasajeros prioritarios. No los culpo; sé que es difícil ver cuerpos huecos, que llevan la vida cargada a duras penas, con los ojos oscurecidos y las penas tatuadas.

Los demás turistas llevan maletines ligeros y sonrisas efervescentes, y finalmente entiendo que soy yo la del rumbo equivocado.

Con este exceso de equipaje, quizá lo mejor sea terminar el viaje de una vez por todas.

De todas maneras, el sendero de los vivos es uno mal empedrado.

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