En esta maleta no cabe casi nada; llevaré lo imprescindible: ropa de verano y de abrigo -allí la noche refresca- botas de montaña, unas…Así hasta que la pequeña valija quedó abombada, a punto de rebentar al cerrarla.
Llueve. Paraguas para llegar al taxi, un trasto que irá incordiando todo el viaje.
Dejo la maleta en el suelo para abrir la puerta del coche mientras sostengo con la otra mano el paraguas para no mojarme. Subo al vehículo y arranca rumbo al aeropuerto, quedando olvidado en la acera el equipaje. Inicio mi viaje al Teneré con un paraguas como único complemento.
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