En esta maleta no cabe casi nada, pero me he subido a ella y he conseguido cerrarla. Dentro, los imprescindibles: mi diario, algunos mapas, me encanta perderme y buscar el lugar ojeándolos, y muchos calcetines de colores, odio que mis pies se enfríen. Sin tener que pagar exceso de equipaje llevo también, muy adentro, tus ojos, tus manos y el sabor de tus besos en mi boca. Mi camino comienza en este tren hacia Madrid, me bajaré en una estación y comenzaré a buscarte lejos de aquí.

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