En esta maleta, que casi no cabe nada; guardaré, todas tus diabluras, todas las ansias que tendré que reprimir, pues ya no estás. Fuiste la compañera ideal, y yo, ni siquiera sabía, porqué te había llevado a casa.
Te recogieron de la calle, no sabían de tu andar, si tuviste crías, si sufriste i si eras feliz. Pero lo que sí sabemos es, que nos diste los dos mejores años de nuestra vida.
Eras tan bella, blanca como un copo, con tus manchitas que solo se veían cuando estabas recién bañada. Diste tanto, que nadie se escapó de amarte.
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