«-En esta maleta no cabe casi nada»

Y se reproducía constantemente en mi cabeza aquellas palabras…pasaba por delante de ellos dos y una seguía vacía y el otro estaba a punto de explotar, por estar tan lleno de equipaje.

Yo le apremiaba pues en otra ocasión lo habían hecho conmigo.

«-Créeme, no vas a necesitar casi nada, solo aquello con lo que te sientas bien, con lo que te reconozcas e inicies el viaje.»

Pero apenas me escuchaba, y no se llevó ningún consejo, si alguna nostalgia de niñez y un escalofrío cuando observó cómo le tapaban con esa sábana.

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