En esta maleta no cabe casi nada.
No cabe la ilusión que se alberga desde que esos deseados lugares se hacen sitio en tus sueños y no dejan de rondarte.
No cabe la extraña sensación del viajero solitario de estar acompañado.
No cabe la sorpresa de llegar a ese lugar sobre el que tantas ocasiones has leído y has visto retratado y a pesar de ello acaba conmoviendote.
Lo que definitivamente no cabe nunca es el bagaje que colma tu valija al retornar.
Contaminado por territorios y gentes haces la promesa de volver que sabes que traicionarás por nuevos anhelos.
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