Le sudan las manos. De que sabe, sabe. Pero ¿cómo enseñarlo? ¿cómo sin que se note el nervio, la voz tiemble, sin que pierda su atención? Su atención por la chucha, daría todo por su completa atención… y no. Porque lo que más ha querido siempre es pasar desapercibide. ¿Cómo disparar la poesía? Apuntar al corazón porque los ojos no sirven de nada y aunque se los quiten no pueden cegar a quien ya ve.

Entra. Sobre las mesas mustias acelgas, de las vigas colgando….niños

Las niñas no entran.

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