En su pequeño taller de escritura lloraba tristemente un alma atormentada y pérdida. Un rayo cruel, escapado de las manos del destino destruyó en un segundo lo único que la mantenía unida a la cordura, a ese pequeño hilo de felicidad.
Fue un final de todo, pero por encima de cualquier cosa fue el final de una vida torturada, destinada a la tragedia al desafuero, mil noches de fe se perdieron.
Vagar errante la mente, en la oscuridad sin destino ni lugar donde arribar fue la consecuencia
II concurso de microrrelatos El taller de escritura
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