Otro amanecer más

Otro amanecer más

Enrique Garcia

14/10/2019


Aquí estoy, contemplando el amanecer desde mi ventana, y reflexionando sobre qué es la felicidad. Yo lo tengo claro: la felicidad está en tener la capacidad y la actitud de disfrutar de esos pequeños momentos que nos regala la vida, Me gusta ver el amanecer. Intento no perdérmelo ningún día. Es una cita conmigo mismo y con el ahora. Me gusta esperar justo ese instante en el que el sol nos da su cálida bienvenida, exhausto pero satisfecho, y da fin a la luna, enérgica, con energías renovadas y dispuesta a iluminar nuestras noches. Y en ese paso de testigo, el cielo nos regala una feria de colores, amarillos, rojos, naranjas, grises… y las nubes reviven su timidez y se muestran ardientes y confiadas.

Para mí es un momento importante del día. Ese momento en el conecto conmigo mismo y reflexiono sobre mi día. La vida nos regala un día más, otra oportunidad para disfrutar de la felicidad. ¿He sabido aprovecharlo? Hay días que pienso que me he dejado llevar por el día, como si fuera un palito en un riachuelo, arrastrado por la corriente. Sin embargo hay otros días que, al igual que el sol, me siento satisfecho, satisfecho de los besos y abrazos que he dado, de las sonrisas que he dibujado en mi cara y en la de los demás, de los instantes que he saboreado, de la felicidad que me he encontrado en cada detalle, o de la felicidad que he creado yo, Por otro lado reflexiono sobre nuestra existencia. El amanecer me conecta con la tierra, me recuerda cuán pequeño soy, y qué grande en realidad. El tiempo se consume, día a día. El sol seguirá regalando atardeceres cuando yo ya no esté. No lo pienso con pena, sino justo lo contrario. Creo que es bueno recordar esto todos los días. Tener ésto en mente me ayuda a disfrutar de estos pequeños instantes; enfocar mis días, horas, minutos y segundos en lo que de verdad me importa.

Me gusta tambien ver atardecer. Captar la esencia de ese momento, disfrutar el desfile del ocaso único e irrepetible. Porque la felicidad está en los pequeños momentos.

Con cada amanecer comienza la vida. Cada día hay que enfrentar lo nuevo -lo que viene- con fortaleza y buena disposición. Si hay un día difícil tenemos que pensar que luego vendrá un nuevo amanecer, y con él una esperanza nueva. Y recordar siempre que, cuando más oscuro está el día, más cercano anda el amanecer, me puse a pensar la importancia que no le damos a la vida, cuando ésta sin querer nos quita cosas, pensamos que es injusta y olvidamos que sin ella no seríamos quienes somos. Todos estamos llenos de momentos felices y nos sentimos morir cuando algo se termina.

La felicidad llega en cualquier momento, todo en el mundo se termina, hasta lo más hermoso, hasta lo más molesto y doloroso, Acá nosotros pensamos que estar solos es el fin de la vida y no nos damos cuenta que a veces la soledad nos ayuda a encontrar respuestas que no estaban, El amor tiene un millón de vueltas, a veces nos sorprende y nos da felicidad y a veces se transforma en lo peor que hay.

Pensando todo esto , me hice más fuerte aprendí a sonreír y a ver la realidad tal cual como es, pero por sobre todo pude darme cuenta que no sirve el ORGULLO cuando existe la AMISTAD, que no sirve LLORAR cuando un amor se va, que no vale la pena aprender a CALLAR y que no existen FRONTERAS cuando nos sentimos vivos y enamorados. No existe día mas hermoso que el día de hoy, la suma de muchos ayeres forman mi pasado, mi pasado se compone de recuerdos alegres y tristes, algunos están fotografiados y ahora son cartulinas

donde me veo pequeño, donde mi ciudad parece otra. El día de ayer pudo haber sido un día hermoso, pero el mañana es mejor pero no pude avanzar mirando constantemente hacia atrás corro el riesgo de no ver los rostros de los que marchan a mi lado acaso el día de mañana amanezca aún más hermoso, pero no puedo avanzar mirando sólo el horizonte, corro el riesgo de no ver el paisaje que se abre a mi alrededor.

Por eso, yo prefiero el día de hoy, me gusta pisarlo,con fuerza, gozar su Sol o estremecerme con su frío, sentir como cada instante me dice presente sé que es muy breve, que pronto pasará, que no voy a poder modificarlo luego, ni pasarlo en limpio.

Como tampoco puedo planificar demasiado el día de mañana:

es un lugar que todavía no existe.

Ayer, fui.

Mañana, seré.

Hoy, soy.

Por eso, hoy te digo que te quiero… hoy te escucho…

Hoy te ofrezco disculpas por mis errores…

Hoy te ayudo… hoy comparto lo que tengo…

Hoy me separo de ti sin guardarme ninguna palabra para mañana. Porque hoy respiro, transpiro, veo, pienso, oigo, sufro, huelo, lloro, trabajo, toco, río, amo…

Hoy, hoy estoy vivo, como tú. A partir de hoy y no de mañana, aceptaré la vida tal como se me presenta. Correré y pensaré un poco menos. Trataré de no crearme falsas ilusiones, las que me llevaron a un estado de melancolía. Trataré de amar más a los que me aman, y un poco menos a los que no me aman. Comprenderé las razones de la vida, analizando cada hecho que se me presenta.

Trataré de caminar lentamente, antes de correr alocadamente… llenaré mi corazón (vacío y con llantos)… con flores de primavera y sol de verano. No dejaré que el miedo me invada, lucharé cuando mis fuerzas decaigan.

Ya Volveré a caminar solo.

¡Hay que seguir adelante! Es de ilusos pensar que alguna vez podremos estar totalmente libres de problemas, pues siempre tendremos algo que nos incomode, nos robe el sueño, o nos haga sentir insatisfechos con la vida. Tan pronto resolvamos un problema descubriremos otro nuevo, o lo que es peor, presenciaremos el retorno de un problema que creímos ya superado. Tanto así que es lógico que en ocasiones nos desanimemos, perdiendo la ilusión por vivir el día a día, pensando que la vida ya no podrá sorprendernos ni alegrarnos…

Esos pensamientos no son buenos, no nos hacen bien, y tenemos que deshacernos de ellos pues si vamos a vivir, cosa que ya estamos haciendo, que sea con alegría y esperanza en cada nuevo día.

Después de todo, no todo es negativo, tenemos que aprender a valorar también las cosas buenas sin darlas por sentado.

Cada día es un regalo,vívelo así, pues el amor que sienten por ti es una bendición, no todo el mundo es capaz de darlo. En lo personal me gusta creer que las personas somos seres de amor, capaces de dar y recibir alegría los unos a los otros. Me gustaría creer que el amor que entrego es recibido con el mismo valor con el que lo he regalado.

Vivamos cada día como si fuese el último, buscando dar amor y felicidad a los que nos rodean, y aprovechando la oportunidades que tenemos de ser buenos los unos con los otros.

Habremos aprendido a vivir el día en que tengamos un corazón agradecido a Dios por todo cuanto nos sucede. Incluso agradezcamos las lágrimas que derramamos, pues en ellas está la enseñanza que nos hace fuertes, Las malas experiencias nos motivaron a crecer fuertes,ayudándonos a saber decir adiós a las personas que amamos, en ocasiones incluso hemos tenido que decir un adiós para siempre a personas que ya nunca más podrán estar entre nosotros. Decir adiós nos rompió el corazón en mil pedazos, experiencia dolorosa que jamás podremos olvidar… La vida nos ha dado razones para llorar, pero somos fuertes, y seguimos adelante.

Por otro lado, la vida también nos ha regalado cosas que siempre nos darán razones por la cuales vivir, como lo son nuestros sueños, las personas que amamos, que nos hacen ser mejores personas, y nuestros hijos… esos hermosos seres que un día se realizarán como personas y prolongación de nosotros mismos.

Necesitamos aprender a vivir la vida con todos sus matices, algunos son negros y oscuros, otros están radiantes de luz. En nuestro interior hay una paleta de colores para dar color a medida que maduramos y aprendemos a ver la vida tal como es…

¡Vivamos la vida en plenitud, aun con todos sus matices! Piensa en lo bueno:la vida es un arcoíris.

La vida está para disfrutarla en felicidad y generosidad. Que al final de nuestro camino podamos sentirnos felices porque las semillas que hemos sembrado, por pequeñas que fuesen, ayudaron a otros que recogieron nuestro fruto. Que al mirar atrás sepamos que hemos ayudado a mejorar sus vidas, que vivimos en el recuerdo de personas que jamás conocimos, que nuestras palabras y amor siguen viviendo y extendiéndose en ellos y a través de ellos.

Aún quedan muchas sorpresas por ver, no demos nada por sentado, no pensemos que ya lo hemos visto todo y que la vida no nos puede sorprender… Nunca pensemos que estamos de vuelta de nada, no nos dejemos llevar por la tristeza del corazón ni nos sintamos desilusionados por lo que no hemos logrado. No seamos personas amargadas, aun cuando la vida nos trate mal, siempre busquemos dejar un bonito recuerdo en las personas que estuvieron en nuestro camino.

Aprendamos a vivir, pues aun con sus reveses, la vida es bella y merecemos vivirla. Dormir y al levantarnos ver el sol brillar

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS