No era la primera vez. Tampoco sería la última. Nunca se lo había preguntado. ¿ Sería la oportunidad ?. El docente había dado la consigna. Nosotros empezábamos a pensar. Levanté la cabeza y lo vi. Escribía como otras veces.

No era lo mismo. La mirada y el movimiento de la mano para generar el trazo otro. Entonces, ese día, ninguno de los dos estábamos allí. Los demás sintieron lo mismo. Y dejaron de escribir.

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