Desperté de mi letargo, poco a poco me fui aproximando a mi clase de Literatura, era lo único que despertaba en mi la curiosidad por la escritura, como se mezclan las palabras. Aquel día mi profesor nos dijo: «Pluma y papel», estilo libre, quinientas palabras y en silencio, estando ahí sentado mirando el caballete y mi lienzo, la inspiración fluía, me sentía un Picasso, mis compañeros aburridos no se hallaban mientras yo iba bosquejando con mis versos pinceladas, juraría que el amor hablaba.

II concurso de microrrelatos El taller de escritura
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