No hables del pretérito pluscuamperfecto como si fuera presente –me corrige Dey–, sé coherente con tus tiempos gramaticales.
Pero si me acuerdo de algo, lo expreso como si estuviera viviendo ese instante, ¿qué tiene de malo hacerlo? –Le reprocho.
–Me confundes.
–Pero entiendes lo que te digo, o no me corregirías.
–A que no.
–¿Y cómo sabes tanto de los tiempos gramaticales?
–Sólo lo sé.
–¡Fantástico! Oh, llegamos a tu club de escritura.
–Adiós.
Dey es genial.
OPINIONES Y COMENTARIOS