Abres la primera página:
—Hola, ¿cómo estás?
—¿Damos una vuelta?
—Si, claro.
Empiezas a caminar. Por un momento quieres retroceder, no haber abierto el libro. Pero algo te empuja. Fijas la mirada en el título: «El amor por las palabras, iniciación a la escritura»
Y ya no puedes parar. Aparecen las primeras luces. El viento revolotea las hojas sueltas. Lo coges fuerte con la mano y en un banco solitario, con la luz de una sola farola, lees el libro hasta el final…
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