Mi guardián protector, me guía, me acompaña en mis expediciones,
en mis viajes, en mi espíritu, me proteges ante la adversidad, no eres ficción,
eres realidad, un manto de sabanas blancas donde me abrigo y me arropa,
desde la cosmovisión del mundo andino vemos que cuando te enfadas, te
molestas, das una señal al hombre que debe de también de preservarte, de
cuidarte y no depredarte, mis Apus son mi razón de ser, una forma de ver
a la naturaleza tan espiritual, tan lleno de vida y magia.
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