Mis pies se adormecían de la extensa maratón que recorrieron mis manos, ellas tan hábiles cuando se les presenta papel y lápiz; la suspicaz sonrisa de esa preciosa ansiedad de transmutar mi universo a una hoja se hacía presente de manera incontrolable.
La magia de transportarme de Colombia a España a través del Wifi era un hecho en mi computador, nada más tenía que ser paciente para adentrarme en el Club de escritura y presenciar como la imaginación tomaba el control de mis sentidos y mis dedos.
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