LA SOLEDAD DE UN CUERPO QUE BAILA ACOMPAÑADO
Vivo en la constante contradicción de quien procura entenderse,
En el continuo y desenfrenado sin saber,
En la desolación de un alma que se mira a los ojos,
En busca de una pregunta que no posea
Esa infinitud de respuestas que ya posee.
Vivo en el cuarto menguante de una luna que ya no quiere dar la cara,
En el vacío de unas palabras que aspiran a ser escritas
Sin llegar a ser pronunciadas,
En la soledad de un sentimiento contrapuesto.
Vivo en la asimetría de una copla coja,
En el rasgueo de un corazón
Que se aferra a tocar, una y otra vez,
la misma disonante melodía.
Vivo en la abstracción de la pintura cotidiana,
En un marco sin referencia,
En la similitud de dos pronombres,
En la soledad de un “yo” que no es.
Vivo en la danza de dos pies izquierdos,
En el puzle que supone la gramática de la piel,
En la discordia de una diosa que solo buscaba entretener.
Vivo en la soledad de quien no se halla más que a sí mismo.
Vivo en la soledad de una oscuridad que desea salir a la luz,
En la soledad de una luz malinterpretada.
Vivo en la soledad de un cuerpo fantasma,
En la soledad de un cuerpo que no logra desaparecer,
En la soledad de un cuerpo en fusión con sus demonios.
Vivo en un cuerpo dormido en pesadillas
Que sueñan con poseer sueños,
En la soledad de unos latidos que no se comprenden
En una inexactitud acelerada en busca de oxígeno.
Vivo,
Mas vivo en el mayor de los vacíos.
Vivo en la soledad de un cuerpo indeseado,
En la soledad de un cuerpo
Que baila acompañado.
SOÑARTE
Suelo soñarte.
Quizás no todas las noches,
Sí todos los días.
Sueño soñarte
Y, cuando te sueño,
Sueño en infinito:
Ese latente deseo que se niega a apagarse.
Viaje cósmico en busca de una nueva luna.
Cruce inesperado de miradas.
Inspiro tu aroma,
Me inspiras,
abro los ojos,
Y empiezo a escribir
Y continúo soñandote,
Aún más que antes.
Te sueño con aura divina,
Percibo tu halo lunar.
Te sueño cambiante,
Distinta,
Distante.
Entonces te sueño sin sueños,
Perseguida por luces
Y no en su busca.
Realmente te sueño irreal,
Sin miedos ni motivos,
Sin pasado,
presentes alternativos
O tan siquiera futuro.
Te siento como quien es sin ser,
Quien Es tan en sí mismo que no es en mí,
Y es tan en mí que es en sí mismo.
Ente imaginario inimaginable.
AYER
Ayer me encontré admirándote
Durante el breve instante
En el que me atreví a mirarte
Mientras parpadeabas.
Te encontré diferente.
Tenías los rasgos más suaves,
El pelo más largo
Y una sonrisa más dulce.
Unos ojos que desprendían
Más fuerza y seguridad.
Quizás me lo parecía por el refugio
De los surcos de oro viejo
En tus pestañas;
Quizás por descubrir,
Por primera vez,
La ilusión estrellada
De la noche en tu mirada.
Ayer me encontré con tus labios,
Entreabiertos, susurrando a mis pupilas,
Deseosas de tu aroma,
Viviendo por encontrarse de nuevo con ellos,
Abriendo hueco para dejar pasar ese nuevo secreto
Que lucha contra sus cadenas por ser resuelto.
Ayer me encontré dudándote,
Ayer me encontré temiéndote,
Ayer me encontré pensándote,
Ayer me encontré desconociendo.
Desconozco el porqué de ti,
Siendo tú tan tú,
Siendo tú tan yo,
Aun siendo yo tan diferente a ti.
Ayer no solo me encontré admirándote,
Ayer me encontré a mí misma
Pensando que tú,
Un pronombre que ahora se viste de «a»,
Podrías ser el tú del que cantan los poetas.
Oh, Diosa
Casualidad convertida en certeza.
Segura,
Sin aderezos ni adherencias,
Orgullosa de cráteres,
Sin vergüenzas.
Belleza estelar portada en meteoro.
Cara valiente y observable.
Imprudente firmamento
-contengo el aliento-
Borra sus estrellas de un soplido;
Oscuridad renacida sin capacidad de sombra.
Luz de ánimas,
Gravedad de atracción redundante
-pierdo la mirada-,
Mirarte.
Sueños de piedra en amianto.
Soñadores errantes.
Eterna burla y sonrisa a medias.
Ser y no,
O siquiera creerlo.
(Parece…) hielo perdido entre poetas,
Y poemas.
Libre e inconexo,
(…verso).
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