Entre cuatro paredes me encuentro en este lugar que llaman prisión.
Donde no existe noción del tiempo solo una infinidad de pensamientos rebotando por cada rincón.
Anoche me dijeron que te vieron, te vieron en esta misma prisión.
Te vieron en tu celda diciendo que querías ser robot para no pensar ni sentir este sentimiento que nos encarceló.
Bienvenido a nuestra prisión aunque en diferentes celdas cargamos con la misma condena.
Nuestro delito fue entregarnos a la pasión.
Nuestro crimen fue transmitirnos tanta energía y descontrol.
Nuestra falta fue rendirnos al deseo sin interrogación.
Nuestra ofensa fue no refrenar cada impulso que nos amarro.
La intensidad de nuestra mentes fue más fuerte que lo que lógicamente era un error.
Nos dicen que si cambiamos nuestra conducta hay oportunidad de una apelación.
Esta es tu oportunidad a ser libre a liberarte de esta prisión.
Puedes apelar tu caso y tratar de borrar nuestra historia trazada en cada rincón.
Eres libre a evaporar cada recuerdo que nos enlazó.
Oh, puedes suprimir cada momento que nos amarro.
Yo me quedaré en esta celda fría y pequeña donde viviré de mi imaginación.
Tal vez algún día aprenda hacer robot, para no sentir las ansias de verte y para no pensarte en cada momento.
Quiero aprender hacer robot para poder vivir lo más bello de la vida sin sentirme encarcelada en esta prisión.
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