Extenderé mi mano sabiendo quien la toma
Consciente de serpientes y de bichos bolitas
Extenderé mi mano a la decencia
A la inocencia plena, a la mirada
Al arrullo de aliento, a la voz pura
Abriré mis oídos a la canción etérea
Al pedido sincero, a la cordura
A la locura triste pondré a disposición
mi saludo y mi abrazo y mi eterna nostalgia
A los pasos desnudos ofreceré una alfombra
A la caricia exacta mi espalda, y viceversa.
OPINIONES Y COMENTARIOS