Echada en la mojada arena mientras las olas vienen y van acariciándome mis pies, pienso en aquel amor de juventud que nos prometimos y un día se esfumó.
Tu marcha fue tan silenciosa que yo no supe comprender.
Y el tiempo va pasando pero yo seguiré esperándote aquí en esas aguas cristalinas con la esperanza que un día volverás.
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