Mi perverso desafecto

Mi perverso desafecto

A los que destrozados por dentro

callan el terror

con el que viven.

A los que habitan las cornisas

para no reparar en la precariedad de sus cimientos.

A los que venden sin escrúpulos

una parcela de su felicidad construida

en el suelo desolado de un terreno muerto.

A los que no saben comunicarse

con los servicios de emergencias

cuando se inundan sus cuatro paredes o se incendian.

A los fósiles políglotas

con domicilio expresivo en Atapuerca.

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