Del vórtice mismo de la vida
siempre suspendidas las cosas:
cómo lo está una gota de rocío,
entre quedarse o soltarse,
en ese espacio único
dónde una misma cuerda
Invisible, vibra.
¿Y por qué ahora en eso de ser
que ya fui o ya soy, no hay
un trascurso donde las lágrimas
dejen de brotar, o si es que brotan,
lo hagan por mero despecho
de su campo baldío de hastío:
Cómo eso es imposible,
hoy como ayer, titila
la misma lágrima,
entre quedarse o soltarse.
En ese espacio que no es de nadie,
ni en gravedad ni en resistencia:
en el vórtice mismo de la vida.
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