Hombres sin rostro

Hombres sin rostro

Anca Mirta

05/06/2019

Viernes 17 hs, último viernes del mes. Falta poco para ir a casa.

Acomodo el escritorio de manera que el lunes después de mi llegada tenga todo preparado para retomar el trabajo justo en el punto que lo he dejado hoy. En minutos y como desde hace quince años tocaré la puerta del despacho del gerente y le preguntare:- Carlos, necesitas algo más ò puedo retirarme?-

Y el cómo desde el primer día va a contestar: -Por hoy nada más, gracias Roberto, hasta el lunes, que disfrutes del fin de semana-y sin espacios de silencios previos, como todos los viernes, le contestaré:-Igualmente Carlos, saludos a tu familia-

Preparo mi saco y me dirijo hacia el despacho de Carlos a fin de hacerle la pregunta retorica. A la salida voy a ir a ver a mis nietos, los invité a merendar en la confitería que a ellos les gusta.

Toco la puerta, Carlos no contesta; Insisto con otro golpecito y pregunto:-Carlos ¿puedo pasar?-

Una vos tenue me dice: -si por favor – Rápidamente ingreso a su oficina…mis nietos me esperan y no quiero fallarles en el horario acordado.

Carlos está pálido, con una mirada perdida, lo noto en cualquier sitio menos acá.

Inmediatamente le pregunto: – ¿Te sentís mal? ¿Te puedo ayudar en algo?- El silencio es total y me marca con la mano que me siente frente a él.

-Carlos me asustas, ¿Qué te pasa?-

-Me acaban de avisar que ya estás jubilado, desde el lunes no tenés que venir más-

-Pero Carlos, tengo trabajo pendiente, ¿Quién lo va a hacer por mi? –¿Qué voy a hacer de mi vida? ¡¿Cómo me voy a mantener con apenas unos pesos de jubilación? _Por favor decime que puedo seguir trabajando, tengo gastos de alquiler, expensas, remedios para mi esposa, ¿Cómo voy a hacer?!-

-Ya tomaron otra persona en tu lugar, el lunes comienza, es lo único que te puedo decir Además –continuó-de agradecerte en lo personal todos estos años siendo mi empleado.-

-Pero Carlos, ¿de dónde viene? ¿La conozco?-

-La prepararon en otra sucursal de la empresa. Es una persona que viene con un máster en economía. A mí también me toma de sorpresa, sabes cuánto te estimo Roberto. Sé que te voy a extrañar muchísimo. Por favor junta tus objetos personales así no se pierden y llévalos –

En ese momento odié a Carlos, a la empresa, a mi vida monótona, a mis años, al sol, a mi persona y a todo lo que aparecía en mi mente. Solo cabía en mi una pregunta: -¿qué voya hacer desde el lunes?- ¿cuál va a ser mi vida desde este momento? ¿Qué voy a decirle a mi familia?

En el trayecto hasta la puerta de calle pasé de la autoestima a la auto estigma en segundos abandonando la luz por la oscuridad más profunda que un ser humano puede sentir. Con vergüenza de no poder volver a esa oficina. Como si jubilarse fuera un pecado. Como si me hubiesen dado una sentencia de muerte, o hubieran descubierto que era un estafador.

Mi comprensión estaba limitada. Comencé a caminar por la calle rumbo a la casa de mi hijo. Las piernas pesaban como si arrastrara pesas de cien kilos. Llegué a la parada del colectivo:-¿qué hago lo tomo o me quedo sentado en una plaza a fin de evitar contarle a la familia lo que acaba de pasar?- Mi mente no responde. Sigo paralizado en el mismo lugar desde hace veinte minutos.

Suena mi celular.-Abuelo-gritan del otro lado- ¿Por qué no llegaste? Te estamos esperando y tenemos una sorpresa para vos- .Mis pobres nietos. Si supieran la que yo tengo para darles….

Con vos quebrada digo:- estoy yendo…se me hizo tarde en la oficina-

-Dale abu, te esperamos! –

Toco el timbre, mis nietos abren la puerta y de golpe veo a toda la familia con caras de felicidad aplaudiendo y festejando. Por detrás un gran cartel diciendo “Felicitaciones por la jubilación”.

-¿Pero como saben pregunté anonadado?

–Carlos nos avisó hoy por la mañana-contestó mi mujer

-¿Que voy a hacer? pregunté por primera vez en vos alta.

-Lo que hacen todos los jubilados-, contestó Juan, mi amigo de toda la vida. Y prosiguió–La vida Roberto está llena de trabajos, personas, momentos, lugares y situaciones que van difiriendo con el tiempo. Este es un nuevo momento disfrutarlo es la respuesta.

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De esto pasó un año,se que tu nuevo estado laboral te preocupa pero sabe que podes contar conmigo y estoy seguro que con el correr de los días te vas a sentir igual que yo. Porque este nuevo trabajo de abuelo a tiempo completo, de esposo incondicional, de padre presente y por sobre todo de ser una persona que se reencuentra con amigos, con sus hobbies olvidados por la rutina, te aseguro, es el mejor trabajo que pueda encontrar un ser humano. Y nosotros mi estimado Carlos tenemos la dicha de haber llegado y de poder disfrutarlo.

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