El cuerpo es un amasijo. Si aún se ve como un todo es por el chaleco que lo envuelve. El chaleco que contiene el paracaídas sin abrir.

La familia encarga misas diarias en su memoria, en las que se reniega con insistencia de Satán y los deportes de riesgo.

Días después, el forense comunica que ha sido encontrada, en uno de los bolsillos del chaleco, una nota cuidadosamente envuelta en una bolsita de plástico estanca. La nota consta de una única frase: “Éste es el viaje que aún no he hecho”.

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