30 de marzo de 2019, no puedo dormir, otra vez me siento solo. Para lidiar con la melancolía y tratar de conciliar el sueño, no me queda otra cosa que pasear en la marejada de recuerdos de mi casi insignificante vida.

Mis cavilaciones me conducen al 30 de marzo de 2017, cuando una meliflua voz, con acento extranjero, me invitó a viajar…

Años después, sigo pensando en esa respuesta. Quizás sea hora de cruzar el océano, de dejar de postergar este viaje… iré a buscarla.

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