El viaje que aún no he hecho
Mi alma desnuda como aquellas ramas altas, el viento, eco de promesas que nos hicimos en un dorado otoño:
Querías que la playa nos recibiera con gaviotas uniendo cielo y mar, deshaciendo nuestras risas en la brisa.
Yo quería una cabaña, nieve y el crepitar desordenado del fuego.
Por esa valija sin cerrar y el vacío de tu ausencia, escapó lo que nos prometimos.
La vida te dejó.
Olas se romperán en las rocas, la nieve cubrirá todo pero nada borrará nuestras huellas.
III El viaje que aún no he hecho
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