El viaje que aún no he hecho

Mi alma desnuda como aquellas ramas altas, el viento, eco de promesas que nos hicimos en un dorado otoño:

Querías que la playa nos recibiera con gaviotas uniendo cielo y mar, deshaciendo nuestras risas en la brisa.

Yo quería una cabaña, nieve y el crepitar desordenado del fuego.

Por esa valija sin cerrar y el vacío de tu ausencia, escapó lo que nos prometimos.

La vida te dejó.

Olas se romperán en las rocas, la nieve cubrirá todo pero nada borrará nuestras huellas.

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