Sentado en un banco en medio de la avenida, descansando quizas – ¿quien sabe? – se encontraba un sujeto que había abandonado todo tipo de humanidad, ahí observando a la gente que caminaba ajetreada hacia sus trabajos, muchos lo miraban, el se fumaba un cigarrillo y se reía de la cotidianidad de todos, día a día se sentaba en el mismo lugar absurda y despreocupadamente, a fumar siempre el mismo cigarro a la misma hora, sufriendo la misma cotidianidad que odiaba del resto, la gente se reía de el, el se reía de la gente, ambos eran felices, ambos se divertían con la imagen del otro, ambos cumplían su labor en una ciudad de caos.
Victor Zapata (Atsikrana)
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