Quise hacer el viaje más largo posible, una vuelta al mundo. Salir de un punto, rodear el globo y acabar en el mismo lugar, con más o menos rodeos según el azar y el ánimo restante tras las vicisitudes ocurridas.
La ilusión me colmaba, pero mis expectativas eran mayores que mis posibilidades. Hice números, examiné mapas, trazé itinerarios, soñé por un tiempo…, hasta que me topé con la dura realidad, la imposibilidad de mi proyecto, la inviabilidad de mis esperanzas, la quimera de mi sueño.
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