Hoy es un día cualquiera, pero un día cualquiera especial para mí porque ronda en mi cabeza la frase » Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida», decidida le pregunté al señor Google quién la dijo, y respondió que Confucio. Quede sorprendida porque su sabia frase me quedaba como anillo al dedo, ya les contaré las razones de tal afirmación.
!Cucú!, ¡Cucú!, ¡Cucú!, sonido anunciando que son las 4:30 a. m. y que está llegando la es hora de ir a trabajar. Se santigua como de costumbre, pié derecho al piso, junto con su amigo el izquierdo. Todos los sentidos quedan totalmente despiertos cuando recibe estrepitosamente el primer saludo mañanero…¡chorro de agua fría!, momento de ducharse.
5:00 a. m., suena ringtone del celular con mensaje motivador para iniciar labores: «Muñeca, buenos días. Te amooo». El tiempo sigue y llega el momento imperdible, sagrado y sublime: ¡Tomar un tintico colombiano! Ese es su desayuno. El olor a café antes de salir, es un placer que nunca perderá. ¡Que delicia!
Reloj registra las 5:20 a.m., turno para dirigirse y tomar el servicio de transporte público denominado Transmilleno, perdón, es Transmilenio. Inicio del caos matutino por la cantidad de personas: olores nauseabundos, caricias no deseadas y, roces de unos a otros por aglomeración de público, el cual es aprovechado por bandas denominadas de «cosquilleros», quienes con una agilidad tenaz abren los bolsos de los transeúntes y roban billeteras, celulares, tabletas electrónicas, computadores o cualquier objeto de valor; lo hacen en un abrir y cerrar de ojos.
Sin notar que fue víctima del acto delincuencial «cosquilleo», hace parada en la ruta del centro de la ciudad de la Atenas suramericana, y se dirige al lugar de trabajo cuyo horario arranca a las 7 a.m., llega justo a tiempo para impartir sus horas de clase en la UGC, siendo el tema Ética de la Comunicación. Siempre empieza su labor formulando una pregunta problematizadora que para este caso es ¿Qué es el priming en la comunicación y cómo es usado por los canales nacionales?
¡Yo, profe!, es una estrategia de sometimiento y opresión empleada por los poderosos y dueños de los medios, todos lo sabemos._ ¡Muy bien! Ahora argumenta tu respuesta_ ¿Cómo así profe?_ Menciona razones que respalden tu afirmación. _ _Aaaa…el estudiante queda en un silencio pensativo, como detenido en el tiempo, congelado. Y ella (la profe), ha quedado estancado. Decide retroceder he intenta deslizarse en palabras, en ideas, en diversidad de pensamientos que lleven al conocimiento reflexivo de sus estudiantes, pero su discurso ha caído en un monólogo. ¡Caso perdido!, nuevamente cree que ha fracasado. Mira su reloj, el tiempo no se ha detenido, finaliza la clase. Siente un alivio por el deber cumplido, además de un desdén por su trabajo, un desdén que asoma y hace presencia cuando se le da la gana.
Desde hace ya tres años, ese desdén ha tejido un montón de desinterés, un porcentaje alto de falta de motivación, una sobredosis de insatisfacción por lo que hace; un estado en que los retos, los objetivos y el progreso profesional han sucumbido porque así el tiempo lo ha decidido. La profe sabe que no es la remuneración económica la que ha acabado con esto, ni tampoco la jornada laboral, ni mucho menos la materia prima de trabajo, o su arte de enseñar. Solo experimenta estrangulamiento laboral.
Hace más de quince años que enseñar es su vocación y profesión, tiene en las manos la misión de educar jóvenes, siendo estos un capital humano esencial y con un valor infinito e incalculable. Educa y forma con el buen ejemplo, pues comparte la idea que el propio ejemplo es el mayor sentido de compromiso: un compromiso fundamentado en valores sociales, éticos y personales que pueden estructurar una mejor sociedad. Igualmente tiene claro que en las clases es importante transmitir un conocimiento, capaz de ampliar la visión de mundo, y que permita actuar y solucionar posibles problemas que se presenten en una situación individual o colectiva. Su profesión la lleva a ser una transformadora de vidas y arquitecta de sueños e ideales.
Ahora esa arquitecta es quien necesita de algo para quebrantar esa monotonía física, mental o emocional en la cual está sumergida desde hace un tiempo. Aliviar ese agotamiento, ese desamor, ese aburrimiento en el trabajo. Acaso, ¿es posible que este experimentando lo que técnicamente llaman el síndrome de Burnout o el famoso trabajador quemado? Tal vez sea este su caso, solo el tiempo lo dirá.
…
Recuerda que siete años atrás había dejado de enseñar en la secundaria porque ya no le interesaba, quería incursionar a nivel universitario y lo logró, pero volver nuevamente a sus inicios la desconcertaba en alguna medida por ciertas situaciones que vivía con el gremio de profesores de la institución a la que fue asignada. Sabía que iniciar no sería fácil.
Ya han pasado días y ella comienza a sentir que no encaja bien en la dinámica laboral. Cree comprender esta situación, finalmente el clima organizacional universitario del que proviene es totalmente diferente; con nostalgia extraña su antiguo trabajo aunque sigue vinculada a este medio tiempo. Añora la autonomía, el trabajo en equipo, la investigación, los proyectos, la exigencia académica, el trato entre colegas, la cordialidad, el saludo, pero ante todo la tranquilidad espiritual o personal que se construía en el diario vivir, en la convivencia con el otro. Nunca vislumbró que su intranquilidad sería generada por algunos docentes. Se decía así misma que el llegar o ser “NUEVO” en un lugar implica adaptarse al contexto, es decir, leer los comportamientos, las conductas, la voz, las acciones, el vestir, el decir y el silencio del otro. Este era parte de su discurso cuando impartía su cátedra de Competencias Comunicativas en la U a los primíparos, palabras que llegaban a ser ironía ahora en su ejercicio como docente del distrito, pues la primípara ahora era ella, paso a paso seguía sus indicaciones pero no arrojaban los resultados esperados.
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