Tú y yo nos compenetramos, todavía tengo en mente las veces que hablamos hasta la madrugada, haciéndonos preguntas al azar, tú me preguntaste que si pudiera viajar a cualquier parte del mundo dónde iría y yo desvelando mis deseos más codiciosos contesté que solo a dos partes, pero antes de responder te hice la misma pregunta, ambos dijimos los lugares al mismo tiempo y como si fuera el destino dijimos exactamente lo mismo, ambos destinos completamente imposibles de cumplir, «Tokio y Venecia».
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