No había mochila al hombro esta vez, solo las ganas intensas de amar, de niño soñé con ser astronauta, mi viaje empezó en tu lunar. Amarte fue mi destino y cuando quise caminar desaparecieron tus huellas, seguro fuiste a marte, a tu talón lo adornaba una estrella, en tus piernas se encontraba el centro de mi tierra, fui colono en tus caderas y fui esclavo de tus pechos, tus brazos evitaron que me fuera pero las lineas de tus manos me condujeron derecho.
Desperté, si llevaré mochila…

III El viaje que aún no he hecho
OPINIONES Y COMENTARIOS