HABLAN LAS CABEZAS…

PRIMERA

«Me parece que en este país la gente no está por sentar testa: antes que recoger la miel leonesa trabajarían en la vendimia francesa…»

SEGUNDA

«Ya lo dijo el poeta aquel que cantaba desde Argel al románico bajel bien labrado justo al lado de ese hermoso pétreo grabado, trabajado con esmero: el taqueado jaqués.

Quédome con bajorrelieves y cenefas tan bien puestas en oscense capitel».

TERCERA

«Pues, si yo pudiera, otra vez entero, potenciaría de pleno al Festival de los Pueblos de Allá Lejos que se hace en el Sur del Perineo (ofrecería también otro en enero) y bailaría hasta el amanecer».

CUARTA

«¡Perineo, no, Pirineos, pardiez!. Si no hablamos fetén el noble nóbel Cela también nos va a mandar a la mierda y borrará de su bagaje la bonita oferta que hace del Viaje al Pirineo de Huesca».

QUINTA

«De Huesca no, de Lérida, pedazo de burro, que pareces lo peor que se dice cuando te llaman ‘baturro’ para ofender. Más vale que, con artera maña, te vayas a Jaca, luego subas con la Escuela de Montaña a cierto pico que tiene forma de araña, te pases por los Ibones Azules y de Bachimaña en los cuales hay que echarle dos testículos (¡mil perdones!) para bañarse tal cual tu madre parióte sin congelársete el…».

SEXTA

«¡Calma señores!

Hablemos de otras cosas, de curativas flores, de coles, de ecológicos manjares, de colores y pigmentos, de sabores, azafranes, de borraja, de buitres de ‘las foces’, del ganado, del coro de voces de ovejas, de los silbos de innumerables pastores, de diarios soles generadores de energía para hacer eléctrica economía, del desaprovechado Eolo, de neutrinos interiores, truchas hidrocultivadas en escalones simétricos, de estaciones con parabólicas antenas para escuchar bien nítidos los lejanos espaciales sones…».

SÉPTIMA

«Como bien dijo el buen Dios en mandamientos que dio, después de un sexto día de trajín, celo y porfía, de duro trabajo o de practicar con alegría buen sexo reproductor, hembra y varón habrían de tener, en el séptimo siguiente, descanso por obligación.

Máxime si de la existencia hablamos. Si seguimos con la vía natural, residencias, geriátricos, hoteles, centros de día, serían muy necesarios para terminar nuestra vida en buena perfecta armonía y no, decapitados con los cuerpos apilados, en desorden, en un rincón, como nosotros estamos…

Vacación para el anciano, para la vieja pensión suficiente que aquí en Huesca se ofrezca fresca antesala para quien tranquilamente fenezca esperando la Tierra de Promisión…».

CONFUSIÓN FINAL

Susurran otras cabezas, ruedan, tropiezan, resuenan huecas chocando…

El obispo de Ordás, cual badajo, da la puntilla gritando…

«¡Escuchad! ¿Y si reunimos a rusos, chinos pobres, gentes de escuetos recursos, casi muertos por sus escasos devengos y hacemos una ciudad para negros ubicada en Los Monegros…?».

Atronaron todos.

«¡ Cállate, so animal, que nos aumentas el mal !

Así nos va.

Con jefes de tal calaña no hay quien aguante: ni propio labrador, ni emigrante cubano experto cortador de caña.

Santiago, apaga ya, vámonos y cierra España!».

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