Epecuen, un lugar…una historia

Mi padre tenía una foto de la villa frente a una pintoresca costanera, un lugar privilegiado y elegido.

Un tren del Sarmiento repleto de turistas que no veían la hora de llegar; y el cartel de la estación,»Villa Epecuen» les daba la bienvenida, todo era alegría, todo era vida, familias, chicos, disfrutando de las aguas termales, su salinidad era comparada con la del Mar Muerto…si amigo, aunque se asombre, el mar Muerto, todo era alegría, sosiego, disfrute y se pueden agregar muchos calificativos que no alcanzarían para describir ese paraíso…

Pero aquel 10 de noviembre de 1985, toda esa alegría, ese disfrute, esa paz, se convirtió en tragedia, como un diluvio universal, las aguas del lago traspasaron los terraplenes, la obra arquitectónica que el olvido de algunos y el egoísmo de otros abandonó Epecuen; fue la causa del final…ni los muertos se salvaron, el agua no perdonó nada, arrasó todo a su paso, recuerdos, paisajes, casas, todo se llevó.

Y ahí quedó, la eternamente olvidada Epecuen, desde entonces los únicos visitantes son periodistas de documentales, y un cineasta que realizó un largo metraje, un triller tipo Masacre de Texas.

Pero de la otra masacre, nadie se acuerda, solo uno vecino que se negó a irse del lugar, el único que en su mirada queda esa Villa Epecuen, un lugar, una historia.