UN ADIÓS Y UN TE QUIERO

Incertidumbre que se acrecienta con el paso de un mal tiempo, voces apagadas ante la indolencia humana, maletas arregladas sin marcha atrás, corazones maltratados y soñares a un cielo abierto lleno de oportunidades en otras latitudes, las torrentes pisadas van dando ecos en los rincones del planeta, saboreando el trago amargo y la miseria impuesta. Las vistas puestas en el horizonte oportuno y las almas lloran en el silencio ensordecedor de la ignominia flagrante, que no dan vuelta del timón y de una nave que se hundirá en lo más profundo de un mar de decepciones. Aferrados a la marea van emigrando los soldados de la paz, auspiciando un canto de armonía que se esparce por los continentes. Los pueblos despoblados van quedando y las soledades se van instalando, los equipajes van transitando nuevas tierras, conociendo nuevas culturas e indagando formas de ser. Un adiós y un te quiero que no salen con facilidad comunicacional, gesticulación llena de tristeza por las emotivas partidas, alejamiento a corto, mediano o largo plazo, quien sabe.