Ya no vemos

A veces parecemos otros

Tan extraños tan distantes,

Tan bullosos, diletantes,

Tan ajenos a nosotros,

Tan callados tan mutantes.

Sin saber ver en nosotros

Tan escuetos tan tunantes

-Ni en los sueños inquietantes-

Las caras de esos otros

Tan fugaces tan brillantes.

Ya no vemos

En nosotros

Esos fuegos

Fascinantes

De esos otros

Caminantes


Derviches

Derviches que giran eternamente

Flores de loto en perpetuo movimiento

Que no pueden detenerse un momento

Para preguntarse

Hacia dónde

Para qué.

Inercia irrompible hacia ningún destino

Caminos imaginarios sin final certero

Rocas que ruedan hacia el absoluto cero

Y no saben

Hacia dónde

Para qué.

Campañas fútiles de fuerzas imbatibles,

Monumentales batallas siempre perdidas

Fragores, luchas, el grito de diez mil vidas

Que buscan

Haciadóndes

Paraqués.


Marioneta

El hilo que une tu mano

Con el brazo de la marioneta

Se ha roto.

En su manita raída

La memoria de la vida

Está perdida.

Llorás amargamente

Por la crueldad de tu suerte

Y su bracito inerte.

Y parpadeás un segundo

Porque aún no has entendido

Pero ahí está,

La vida

Libre,

La vida.


Medicina

Los miedos son siempre los mismos:

El frío

El olvido

El error.

Los remedios son siempre los mismos:

El amor

El amor

El amor.


Combustión espontánea

Que ardan las venas en combustión espontánea

Que exploten los huesos, llenando el aire viciado

Que se acabe todo en esta furia momentánea

Que al final, así es como todo ha comenzado.

Que todo lo que se consume renace,

Que así es como la vida se ha creado.

Que el fuego es bautizo que deshace

Todo el pasado que el tiempo ha encostrado

La chispa primitiva que vuelve a encenderse

Es la vida misma que se ha reencarnado

Es la vida misma

que redescubre lo sagrado.


Tacto

Si al pararnos frente al espejo

Con el tacto nos reconocemos

Sabremos que, aunque ciegos,

Hemos perseguido el buen reflejo.

Y las marcas que tenemos

Como tatuajes de la memoria

Contarán todas las historias

De los miedos que escondemos.

Pero estaremos ya serenos

Pues los monstruos del camino

No habrán nunca conseguido

Vencer nuestros futuros plenos.


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