Te quiero por las cosas que no soy,

por las cosas que me hacen falta y tú ni cuenta te das,

porque estás aprendiendo a quererme por lo poco que tengo y yo supe quererte por lo poco que a veces me das.

Porque no necesitamos más de lo que nos damos,

porque nunca nos pedimos lo que no podemos dar.

Te quiero porque en tu mundo me aceptas sin más reproches,

y yo te quiero en el mío aunque no seamos igual…

Me preguntaron qué es el amor,

y no supe responder,

pero les hablé de tus manos,

tan pequeñas que caben en las mías.

Tan suaves que me acarician con la más sincera ternura.

Tan fuertes que me sotienen cuando caigo.

Y,

tan diestras que me saben construir cada vez que me derrumbo.

Te quiero.

Eres como el verde,

estás en todos lados.

Verde en las plantas,

verde, siempre verde.

Como ese recuerdo intermitente

estás presente y permanente,

pero quién sabe, llegará el final.

Sé muy bien que ya lo he dicho antes,

pero esta vez sé que es de verdad,

comenzarás a ser un simple recuerdo y nada más.

A pesar de que te quise

(y te quiero tanto)

estamos divididas en más de una mitad.

Estas letras te pertenecen

al final estuve sola

en el final.

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