Tus ojos
los espejos de tu alma, cuando los miro
se me olvida que yo existo.
Se me traba la lengua,
se confunde mi mente,
se me agita el corazón. Y luego,
sin pensarlo
sin esperarlo
una sonrisa aparece dibujada en mi cara.
Es difícil no escuchar al sentimiento
cuando se encuentra calado
tan profundamente.
Aunque no se quiera te atrapa,
aunque no se quiera, se quiere.
No se puede mentir al corazón
ni se puede negar su alegría
si siento que se me sale del pecho
cada vez que me miras.
Esto es lo que decían,
a lo que se referían, de lo que hablaban.
Una cosa tan grande
que no se puede explicar.
Hay que sentir.
Y cuando esto pase, y te embriague con su alegría
no quieras atraparlo ni conservarlo.
Porque en ese deseo y esa obsesión
únicamente encontrarás su final.
Eso es amor.
Una lucha entre mente y sentimiento,
atracción y rechazo,
deseo y rutina,
verdad o mentira.
Esto es amor.
Y es hermoso, y es real
cuando de verdad lo encuentras
y lo sufres, y lo vives intensamente.
Porque es inconexo
no tiene sentido
pero así es perfecto.
Atemporal y sempiterno.
Finito y confinado
en unos corazones.
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