¿Soy un niño malo? Porque yo no sé qué me pasó. Fue como cuando me gusta un juguete o se me antoja un dulce. Y es que extrañaba tanto a mi papi. Él se va por meses y a veces ni siquiera me llama para decirme que me quiere. No es fácil vivir entre mujeres. Hablan mucho, me enfadan con sus mimos y de repente se enojan o se sueltan a llorar. Siento que me vuelven loco. Mi hermanita mayor además es muy molona, se la lleva molestándome con eso de querer jugar a las comiditas y con sus muñecas. Mi hermanita, la menor, me cae mejor, ella hace lo que yo le diga, pero desde la vez que estábamos jugando con aguarrás y le cayeron unas gotas en sus ojitos, mi mamá le prohibió estar a solas conmigo. Como si fuera yo un monstruo que quisiera hacerle daño, cuando la verdad es que la quiero mucho. Mi mamá siempre anda enojada y por todo se molesta, ya no aguanto sus regaños, se la pasa haciendo esto o haciendo lo otro y ya no me hace cariñitos. Mejor, porque luego se ponía muy empalagosa. Extrañaba mucho a mi papá. Y es por eso que cuando mi tía trajo a vivir con nosotros a mi segundo tío –su primer esposo se murió cuando yo era apenas un bebé-, me puse muy contento y más cuando empezó a jugar conmigo. Luego, luego, me di cuenta que era bueno, y muy chistoso, me contaba cuentos que yo nunca había escuchado y yo sentía cosas como raras debajo de mi pancita que nunca había sentido. Como que me daban ganar de ir al baño y orinar. Me gustaba que me llamara mijo. También hacíamos ejercicio: me le colgaba de sus brazos de supermán y él me agarraba de los codos para levantarme y llegar a su altura. Por eso, una de esas veces que me alzó y quedé frente a su cara, yo sentí que ya lo quería mucho y lo abracé con todas mis fuerzas. Su barba y su bigote me hicieron muchas cosquillas, y me empecé a reír, y como vi en sus ojos que él ya también me quería, le di un beso. ¿Eso es malo? Porque mi nuevo tío se puso muy nervioso y ya no siguió jugando conmigo. Pasó mucho tiempo para que jugáramos otra vez, hasta una noche cuando mi tía y él llegaron de una fiesta, muy alegres. Se encerraron en su recámara y creo que traían mucho calor porque se quitaron toda la ropa, y se acostaron desnudos. Ji, ji, ji. A mi me dio mucha risa, pero tuve que taparme la boca porque si no, hubieran descubierto que los espiaba desde la ventana que da al porche. ¿También eso será malo? Los demás dormían y no se dieron cuenta.Yo me quedé un rato para ver si mis tíos despertaban y jugaban al caballito como las otras veces que yo los había espiado, pero nada, no pasaba nada. En eso, ya me iba yo a mi cuarto cuando mi tío se levantó al baño tambaleándose. Ji,ji,ji. Creo que se había tomado unas cervezas y andaba borrachito. A mi también me dieron ganas de orinar, y lo seguí. De pronto me dio miedo, y pensé que yo estaba haciendo una travesura muy mala, pero algo que no puedo explicar hizo que abriera la puerta del baño y meterme cuando todavía mi tío estaba adentro. Él se estaba bañando y por un rato me quedé viendo su cuerpo de adulto tan diferente al mío. Como que sentí que lo quería más, así que cuando me vio y me invitó a bañarme con él, no lo pensé dos veces. Fue muy cariñoso conmigo, y nunca nadie me había acariciado así, y ni mi papá me había querido tanto. Pero yo creo que es feo y malo que un adulto quiera así a un niño, porque cuando mi tía abrió la puerta del baño y nos miró, pegó un grito muy fuerte y se enojó mucho con mi tío, tanto que hasta lo corrió de la casa. Y yo que quería que se quedara a mi cumpleaños. Estoy por cumplir ocho, y estoy muy triste porque mi papá tampoco vendrá. Creo que sí soy un niño malo.

Fin

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