En aquellos años vivía en su pequeño pueblo junto a la laguna, por las noches escuchaban cantar a los grillos mientras las estrellas se reflejaban en el agua y la luna iluminaba todo el pueblo.

A pesar de ya ser tarde Aurora seguía corriendo con sus amigos por el cerro, descalza y riendo! solo se dibujaba su cuerpo bastante delgado, sus trenzas rubias y ralas, su carita de niña con esa risa cristalina y sus mejillas siempre chapeadas en tanto Doña Jacoba, su madre, esperaba angustiada detrás de la puerta con el rosario en las manos.

Aurora entraba sigilosa esperando pasar desapercibida aunque nunca lo lograba, pero esa ocasión su madre no se quedaría callada, había una noticia importante que dar.

Tenían que salir del pueblo, dejar todo y emprender camino hacía la capital, !nos vamos a México! eso fue lo que escucho al entrar y sus pasos se congelaron en la tierra, al día siguiente partieron a las 5 de la mañana, en la primer corrida del camión, dejaba atrás todo lo que ella conocía, amigos y casa, iban a un futuro incierto, una vez, llegaron a la terminal del norte, ella no imaginaba que no volvería a sentarse a la mesa con sus hermanos mientras unos y otros bromeaban durante el desayuno, eso había terminado…

Sus hermanas mayores por ser señoritas se fueron a la casa del hermano mayor que ya vivía en México, otros se quedaron en una bodega, mientras Aurora, Esperanza la más pequeña de apenas 4 años y sus padres terminarían durmiendo en un pequeño puesto desvencijado de un mercado popular, ¿Porqué había cambiado tanto su vida? pasaron los días, semanas y meses cada vez más pobres, y sin entender que llevo a sus padres a esa decisión de dejar a la abuela Donaciana al cuidado de su tío si con ellos vivía muy bien, ¿Porqué abandonar la casa con sus árboles frutales, su pozo que siempre tenía agua limpia?

Ella siempre se pregunto que llevo a sus padres a tomar ese camino y arrastrar a toda la familia con ellos…

Aurora tiene los mismos ojos del abuelo Pedro (que era español), los mismos cabellos rubios y el mismo tono chapeado de él, ahora la abuela se había quedado sola allá en el pueblo,en aquellos años de 1935 la vida no le parecía tan complicada a Aurora en su pueblo, pero ahora todo era diferente, vivieron momentos terribles, soledad, pobreza, hambre y desamparo aún así Aurora siempre en sus ojos color miel mostraba la dulzura que habitaba en su corazón, en sus cabellos rubios y sus mejillas chapeadas la inocencia de la niña que corría por aquellos cerros, las risas y las ganas de vivir que nunca la abandonaron aún a pesar de los momentos más amargos de su vida

Los tiempos eran complicados para una familia numerosa (12 hijos), y aúnque algunos ya tenía un lugar seguro y una familia ya formada, aún así resultaba muy complicada la vida, a Aurora le llegó la adolescencia y con ellos los problemas aumentaron, Doña Jacoba mujer muy religiosa siempre guardo en su corazón la esperanza de que alguno de sus hijos abrazara la vida religiosa, Sara la mayor lo hizo, pero no logro perseverar a consecuencia de una dificil enfermedad, aún así a ella le parecía una buena solución la vida monástica a muchos de los problemas que atravezaban, en el convento podrían subsistir sin mayores problemas y como se dio cuenta de que Aurora ya comenzaba a tener formas de mujer y a llamar la atención se dio cuenta que ya no era posible que vivieran practicamente en la calle, así que Sara tomo la solución en sus manos, la llevo de «visita» a el convento, Aurora que difícilmente salía a algún sitio fue emocionada a visitar el convento a donde Sara había permanecido por algún tiempo… Grave error…

Entró al huerto, admiró los árboles frutales que en ese momentos los manzanos estaban cubiertos de flores y ella no pudo más que perderse en el recuerdo de su casa, el aroma y la mente pérdida en su infancia que aún añoraba unos momentos que le parecieron segundos y de pronto despertó… ¡Era tarde! había que regresar a casa y el camino era largo, se dio la vuelta con una mezcla de sobre salto, miedo y premura.

Escucho las palabras pausadas de la madre Superiora… No Aurora, tu ya no te vas a ir, ya no tarda en iniciar la ceremonia para que inicies tu noviciado… Aurora no lograba entender nada, y ¿su novio que la esperaba como siempre a la vuelta de la calle?, ¿quién ayudaría en las faenas de la casa a su madre?… Muda y sorprendida fue llevada de la mano a un pequeño cuarto en la sacristía, allí la esperaba un vestido de novia y casi mécanicamente comenzó a ser vestida para el gran acontecimiento…

Inicio la ceremonia y ella como en un sueño o ¿sería una pesadilla? ingreso por el pasillo central luego de un momento que no supo cuanto duró escucho unas tijeras cortando su cabello y lo vio caer frente a ella.

Ahora sería religiosa, ella no supo en que momento sus sueños de adolescente se acabaron, cuando su risa se apago durante más de una década en la cual no lograba entender el porque de esa acción… A pesar que le dijeron que había sido decisión familiar, pues no lograban mantenerla y que al nacer la habían recogido por misericordia.

¿A caso ella no era hija de Doña Jacoba y Don Lorenzo? ¿Porqué si la habían acogido como a una hija ahora la sacaban de lo que para ella era su familia? La verdad como suele pasar, llega así sea tarde, un buen día Doña Jacoba y Don Lorenzo fueron a visitarla.

Allí la verdad salio a la luz, todo era mentira Sara creyó que lo mejor era dejar a Aurora en un lugar seguro y ellos remediar en algo su situación familiar…

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